En el capítulo 14 del libro del profeta Zacarias (versículos 4 a 5) se habla sobre la llegada del día del Señor y el autor dice que el monte de los Olivos se separaría en dos y se allanaría el valle del Hinón como se allanó por un terremoto que ocurrió en tiempos de Ozías (o Azarías), rey de Judá.
El monte de los Olivos se dividirá en su punto medio en dirección este-oeste, dejando en el medio un gran valle; una mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. Y se allanará el valle del Hinón, se allanará como se allanó a causa del terremoto en los días de Ozías, rey de Judá.
Ozías reinó desde el 809 al 759 a.e.c. En el registro de terremotos anteriores al siglo 20 cristiano, hay uno datado el día 7 de octubre del 759 a.e.c. y ocurrido en Israel, y tal año es precisamente el último año del reinado de Ozías en Judá.
En fecha hebrea, el año 759 a.e.c. es el 3002 de la Era hebrea, la cual comenzó un 7 de octubre (del 3761 a.e.c.), de modo que el terremoto ocurrido en Israel en tiempos de Ozías ocurriría 3000 años después el mismo día y mes. Así, podemos leer el pasaje de esta forma:
Y se allanará el valle del Hinón, se allanará como se allanó a causa del terremoto del 7 de octubre del año 3002 de la era hebrea (ó 759 antes del inicio de la era cristiana)
Zacarías menciona el terremoto del 759 a.e.c. para establecer una semejanza entre el efecto que produjo (allanar el valle del Hinón) con el efecto que prevé que se producirá (dividir el monte de los Olivos en su punto medio y allanar el valle del Hinón igual que en el 759) cuando "venga el día del Señor" (14:1- "Ya viene el día del Señor") y "el Señor" ponga su pie en el monte de los Olivos.
Pondrá su pie en el monte de los Olivos, que está delante de Jerusalén, al oriente. El monte de los Olivos se dividirá en su punto medio en dirección este-oeste, dejando en el medio un gran valle; una mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. Y se allanará el valle del Hinón...
Quizá Zacarías se refiriese al día de la cruxifixión (el "día del Señor") que ocurriría unos 790 años más adelante en el futuro del tiempo de Zacarías, aunque no existen registros de un terremoto en Jerusalén en torno al año 30. Mateo y Lucas cuentan que el velo del templo se rasgó por medio. Podría ser una expresión alegórica de que el monte de los Olivos se dividiera por medio aunque históricamente no ocurrió así. De modo que esa profecía de Zacarías acerca de la separación del monte de los Olivos, de estar "ya escrita" y de haberla "leído" Zacarías estaría aún por ponerse en escena como una película que aún está por
"publicarse" (como cualquier película que primero se rueda y luego se estrena al público) y quizá en un 7 de octubre, día/mes del terremoto del 759 a.e.c., que es Día/Mes del inicio de la Era Hebrea (año 3.761 a.e.c.): 7 de octubre.
Adrian Gilbert, escritor inglés e investigador, en su libro "La Profecía de Orión" acerca del regreso de Jesús, menciona en la página 359: "El próximo terremoto en el área del Mar Muerto y el Jordán podría ser tan grande que rompiese las barreras e inundase todo el valle". Aunque hace muchas citas a versículos de los evangelios interpretándolos astrológicamente, Gilbert no cita a Zacarías ni al terremoto que éste menciona y que ocurrió en Israel en el 759 a.e.c. Y en la página 372, Gilbert se pregunta: "¿Podría ser entonces que entre los años 2000 y 2012 presenciemos muchos cambios en la tierra que quizás culminen, incluso, con un gran terremoto que inunde el valle del Jordán y el Mar Muerto?".
También el profeta Joel habla de prodigios que anunciarían el "día del Señor".
El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre antes que venga el día del Señor, grande y glorioso. Joel 2:31.
Si más allá de figuras alegóricas que hablen de otros aspectos realmente Joel se refiere a los astros, el hecho de que el Sol se convierta en tinieblas o se ponga al mediodía y la tierra se oscureza en pleno día es un fenómeno natural durante un eclipse de Sol en el que la Luna oculta al Sol. Y que la luna se convierta en sangre ocurre durante un eclipse de Luna en el que la Luna pasa por la sombra de la Tierra de manera que desde la Tierra se ve el contorno esférico del planeta en la superficie de la Luna como una sombra matizada de rojo o de naranja. El 24 de noviembre del año 29 ocurrió un eclipse en Jerusalén (el sol convertido en tinieblas y la tierra oscurecida a pleno día) y 14 días después ocurrió un eclipse de Luna (la luna convertida en sangre). Es posible que Joel sí se refiriera al día de la crucifixión.
También el profeta Amós se refiere a tal día:
...haré ponerse al sol al mediodía y en pleno día oscureceré la tierra. Amós 8:9.
jueves, 17 de marzo de 2011
jueves, 1 de abril de 2010
CAUTIVERIOS DEL PUEBLO JUDEOCRISTIANO
En el capítulo 6 del libro del profeta Baruc (después del libro de Lamentaciones y antes del libro de Ezequiel) hay una carta del profeta Jeremías en la que éste profetiza la deportación del Pueblo Hebreo o Pueblo de Israel (segundo nombre de Jacob) a Babilonia durante siete generaciones.
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Baruc 6,1-2:
"Vais a ser llevados cautivos a Babilonia por Nabucodonosor, rey de los babilonios. Una vez llegados a Babilonia estaréis allí durante largos años, mucho tiempo, hasta siete generaciones."
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La conexión personal entre Jeremías y Baruc aparece en el propio libro de Jeremías, en el capítulo 36 versiculo 4: "Jeremías llamó a Baruc, hijo de Nerías, y Baruc escribió al dictado de Jeremías todas las palabras que el Señor había dirigido al profeta".
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Sería el segundo cautiverio del Pueblo Hebreo después del cautiverio en Egipto durante 430 años, como se dice en Éxodo 12,40: "La estancia de los israelitas en Egipto duró cuatrocientos treinta años."
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Duró desde del 1.875 al 1.445 a.C., y 858 años más tarde el Pueblo Hebreo (ya judío por habitar
la región de Judá, futura Judea) viviría su segundo cautiverio, esta vez en Babilonia. La particularidad de 858 es que es prácticamente doble de 430.
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En el año 587/586 a. C. (unos 165 años después de la Fundación de Roma) Jerusalén cayó en manos de los babilonios, acabando así el reino de Judá y comenzando el cautiverio o cautividad de los judíos en Babilonia. Unos 50 años más tarde, el año 538 a. C. (20 años después del nacimiento de Sidharta Gautama) el rey persa Ciro el Grande conquistó Babilonia, destruyó al Imperio Caldeo y autorizó a los hebreos regresar a su tierra nativa. Es decir que el segundo cautiverio de los judíos duró unos 50 años, de modo que Jeremías -o el Señor, que había dictado las palabras a Jeremías- no habría acertado en su profecía de una deportación que duraría siete generaciones, aunque por otro lado sí porque una importante comunidad judía próspera se quedó en Babilonia hasta bien entrada la Era Cristiana. Sin embargo, esas "siete generaciones" puede ser una alegoría que indique un periodo más corto, pues en el versículo 21 del capítulo 26 del 2º libro de Crónicas (2 Crónicas 26:21) en que se narra la estancia de Nabucodonosor en Jerusalén, se habla de sententa años (más cercano a 50): "Así se cumplía la palabra del Señor pronunciada por Jeremías: ' Hasta que la tierra disfrute de su descanso, descansará durante todos los días de la desolación, hasta que se cumplan setenta años' ".
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Jerusalén era la capital de la región de Judá (futura Judea) donde estaba la localidad de Belén en la que nacería David, y Jesús unos 960 años después. La toma de Jerusalén por las tropas de Nabucodonosor, rey de Babilonia, se narra en el 2º libro de Reyes, capítulo 24. Se cuenta que Nabucodonosor deportó a toda Jerusalén, magnates y poderosos, unos diez mil, y los llevó cautivos a Babilonia para emplearlos en la guerra, y que todo ello era el castigo mandado por el Señor a su pueblo al montar en cólera contra Jerusalén y Judá apartándolos de su favor por causa de la sangre inocente que Manasés había derramado hasta llenar Jerusalén.
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Según los autores del Pentateuco, el Pueblo Hebreo (o de Israel, o Judío) era el Pueblo elegido de
Dios, el mismo Dios de los patriarcas hebreos y de los 10 mandamientos (con Moisés) que tiempo después sería adoptado por los sacerdotes católicos cristianos como base de los 10 mandamientos de la Iglesia, y los cristianos también se consideran "el Pueblo de Dios". De hecho, la cultura cristiana católica se basa en la hebrea/judía y de ahí la denominación de "judeocristiana". El cautiverio en Egipto duró 430 años. Después de otros 430+430 años, tuvo lugar el cautiverio en Babilonia.
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Nadie duda de que la Sociedad Moderna es un sistema esclavista de supervivencia basado en el que el individuo se ve "condenado a trabajos forzados" y condenado a morir (lo interesante es descubrir por qué razón). La base religiosa mayoritaria de tal sociedad es judeocristiana e inevitable que la sociedad cristiana haya heredado la historia del judaísmo/hebraísmo y sus desventuras en cautiverio. También la base calendárica es un calendario heredero del calendario babilónico: el calendario gregoriano de la Iglesia, religioso y civil, heredero del juliano romano, heredero a su vez del babilonio que también incluye el sistema astrológico que aún se conserva. De hecho, la famosa cifra de 430 años de cautividad también es aplicable a los tiempos modernos, pues 430 años es justamente el periodo que va desde 1582 a 2012, es decir, desde la instauración del calendario propio de la Iglesia, el gregoriano, en 1582, hasta el año 2012, fin del Ciclo maya. También, según los límites de los signos en el mapa astrológico del propio sistema de base babilónica, el año cristiano 2000 coincide con el fin de la era de Piscis y comienzo de la era de Acuario. El signo de Acuario se representa con la imagen de un hombre (o mujer) con un cántaro de agua, signo que Jesús menciona cuando (en Lucas 22:7-10) sus discípulos le preguntan donde han de hacer los preparativos para la celebración de la fiesta de los panes sin levadura (panes ácimos) o cena pascual que los hebreos/israelitas/judíos celebraban para conmemorar su liberación del cautiverio de Egipto, y que luego el rito católico adoptaría como la eucaristía de las misas y que popularmente en la cultura cristiana se denomina como "La Última Cena": "Al entrar en la ciudad, encontraréis a un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo a la casa donde entre". Tal descripción de un hombre que lleva un cántaro de agua coincide con la imagen del signo astrológico de Acuario en cuya casa, desde hace unos decenios, aparece el Sol durante el día equinoccio de marzo en el mapa astrológico tradicional (no aún en propio firmamento). En los tiempos modernos, tal puede ser la señal de la liberación del Pueblo de Dios, el pueblo cristiano, tras su correspondiente cautividad o esclavitud bajo el Poder Temporal: el poder pseudorreligioso aliado con el Poder político del estado dueño y administrador del dinero.
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Baruc 6,1-2:
"Vais a ser llevados cautivos a Babilonia por Nabucodonosor, rey de los babilonios. Una vez llegados a Babilonia estaréis allí durante largos años, mucho tiempo, hasta siete generaciones."
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La conexión personal entre Jeremías y Baruc aparece en el propio libro de Jeremías, en el capítulo 36 versiculo 4: "Jeremías llamó a Baruc, hijo de Nerías, y Baruc escribió al dictado de Jeremías todas las palabras que el Señor había dirigido al profeta".
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Sería el segundo cautiverio del Pueblo Hebreo después del cautiverio en Egipto durante 430 años, como se dice en Éxodo 12,40: "La estancia de los israelitas en Egipto duró cuatrocientos treinta años."
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Duró desde del 1.875 al 1.445 a.C., y 858 años más tarde el Pueblo Hebreo (ya judío por habitar
la región de Judá, futura Judea) viviría su segundo cautiverio, esta vez en Babilonia. La particularidad de 858 es que es prácticamente doble de 430.
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En el año 587/586 a. C. (unos 165 años después de la Fundación de Roma) Jerusalén cayó en manos de los babilonios, acabando así el reino de Judá y comenzando el cautiverio o cautividad de los judíos en Babilonia. Unos 50 años más tarde, el año 538 a. C. (20 años después del nacimiento de Sidharta Gautama) el rey persa Ciro el Grande conquistó Babilonia, destruyó al Imperio Caldeo y autorizó a los hebreos regresar a su tierra nativa. Es decir que el segundo cautiverio de los judíos duró unos 50 años, de modo que Jeremías -o el Señor, que había dictado las palabras a Jeremías- no habría acertado en su profecía de una deportación que duraría siete generaciones, aunque por otro lado sí porque una importante comunidad judía próspera se quedó en Babilonia hasta bien entrada la Era Cristiana. Sin embargo, esas "siete generaciones" puede ser una alegoría que indique un periodo más corto, pues en el versículo 21 del capítulo 26 del 2º libro de Crónicas (2 Crónicas 26:21) en que se narra la estancia de Nabucodonosor en Jerusalén, se habla de sententa años (más cercano a 50): "Así se cumplía la palabra del Señor pronunciada por Jeremías: ' Hasta que la tierra disfrute de su descanso, descansará durante todos los días de la desolación, hasta que se cumplan setenta años' ".
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Jerusalén era la capital de la región de Judá (futura Judea) donde estaba la localidad de Belén en la que nacería David, y Jesús unos 960 años después. La toma de Jerusalén por las tropas de Nabucodonosor, rey de Babilonia, se narra en el 2º libro de Reyes, capítulo 24. Se cuenta que Nabucodonosor deportó a toda Jerusalén, magnates y poderosos, unos diez mil, y los llevó cautivos a Babilonia para emplearlos en la guerra, y que todo ello era el castigo mandado por el Señor a su pueblo al montar en cólera contra Jerusalén y Judá apartándolos de su favor por causa de la sangre inocente que Manasés había derramado hasta llenar Jerusalén.
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Según los autores del Pentateuco, el Pueblo Hebreo (o de Israel, o Judío) era el Pueblo elegido de
Dios, el mismo Dios de los patriarcas hebreos y de los 10 mandamientos (con Moisés) que tiempo después sería adoptado por los sacerdotes católicos cristianos como base de los 10 mandamientos de la Iglesia, y los cristianos también se consideran "el Pueblo de Dios". De hecho, la cultura cristiana católica se basa en la hebrea/judía y de ahí la denominación de "judeocristiana". El cautiverio en Egipto duró 430 años. Después de otros 430+430 años, tuvo lugar el cautiverio en Babilonia.
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Nadie duda de que la Sociedad Moderna es un sistema esclavista de supervivencia basado en el que el individuo se ve "condenado a trabajos forzados" y condenado a morir (lo interesante es descubrir por qué razón). La base religiosa mayoritaria de tal sociedad es judeocristiana e inevitable que la sociedad cristiana haya heredado la historia del judaísmo/hebraísmo y sus desventuras en cautiverio. También la base calendárica es un calendario heredero del calendario babilónico: el calendario gregoriano de la Iglesia, religioso y civil, heredero del juliano romano, heredero a su vez del babilonio que también incluye el sistema astrológico que aún se conserva. De hecho, la famosa cifra de 430 años de cautividad también es aplicable a los tiempos modernos, pues 430 años es justamente el periodo que va desde 1582 a 2012, es decir, desde la instauración del calendario propio de la Iglesia, el gregoriano, en 1582, hasta el año 2012, fin del Ciclo maya. También, según los límites de los signos en el mapa astrológico del propio sistema de base babilónica, el año cristiano 2000 coincide con el fin de la era de Piscis y comienzo de la era de Acuario. El signo de Acuario se representa con la imagen de un hombre (o mujer) con un cántaro de agua, signo que Jesús menciona cuando (en Lucas 22:7-10) sus discípulos le preguntan donde han de hacer los preparativos para la celebración de la fiesta de los panes sin levadura (panes ácimos) o cena pascual que los hebreos/israelitas/judíos celebraban para conmemorar su liberación del cautiverio de Egipto, y que luego el rito católico adoptaría como la eucaristía de las misas y que popularmente en la cultura cristiana se denomina como "La Última Cena": "Al entrar en la ciudad, encontraréis a un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo a la casa donde entre". Tal descripción de un hombre que lleva un cántaro de agua coincide con la imagen del signo astrológico de Acuario en cuya casa, desde hace unos decenios, aparece el Sol durante el día equinoccio de marzo en el mapa astrológico tradicional (no aún en propio firmamento). En los tiempos modernos, tal puede ser la señal de la liberación del Pueblo de Dios, el pueblo cristiano, tras su correspondiente cautividad o esclavitud bajo el Poder Temporal: el poder pseudorreligioso aliado con el Poder político del estado dueño y administrador del dinero.
domingo, 13 de diciembre de 2009
Los siete ojos
Zacarías 4,10:
Estos son los SIETE OJOS del Señor que recorren toda la tierra.
Apocalipsis 5,6:
Tenía siete cuernos y SIETE OJOS (estos son los siete espíritus de Dios enviados por todo el mundo)
Estos son los SIETE OJOS del Señor que recorren toda la tierra.
Apocalipsis 5,6:
Tenía siete cuernos y SIETE OJOS (estos son los siete espíritus de Dios enviados por todo el mundo)
Según el comienzo de la narración de Zacarías, los siete ojos son las siete lámparas y siete tubos (del candelabro de oro) por los que llega el aceite. Siete son los centros energéticos principales del cuerpo emocional, los llamados "chakras". El aceite es la metáfora de la energía espiritual (la savia de la semilla espiritual), llamada "kundalini", también denominada "la serpiente" por la forma sinuosa espiral (espir-itu-al) de su movimiento -el mismo que se representa en el símbolo de la Farmacia y de la O.M.S.- al ascender por la columna vertebral mientras va equilibrando/encendiendo las siete lámparas (glándulas y chakras) o abriendo los siete ojos. La columna vertebral tiene 33 vértebras. En el Libro del Éxodo 25,39 se menciona metafóricamente que el candelabro ha de ser de 33 kilos de oro puro. El aceite es aceite virgen, puro, el "Aceite de la Vida", el "Elixir" espiritual, el que libera a las células del agente corrosivo causante del envejecimiento (y la enzima química responsable es la telomerasa, influida por la psique del propio pensamiento humano típicamente desconfiado y temeroso, raíz de "la maldad" en el mundo interior de cada persona). Esto no tiene nada de misterioso pues al motor de nuestros coches solemos cambiarles el aceite para que funcionen en óptimas condiciones. Si eso lo hacemos en máquinas que no son biológicas es porque es natural que ocurra en "máquinas" biológicas, como el organismo, pero no es labor de humanos igual que la labor del espíritu no es renovarle el aceite a la máquina artificial. Al chakra de la glándula pineal se le considera el "tercer ojo", si bien todos los chakras vienen a ser "ojos" que ven en todas direcciones igual que la luz de cualquier fuente ser irradia en todas direcciones: los siete ojos...
miércoles, 2 de diciembre de 2009
el sábado/descanso
Isaías 58,13.
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Si te guardas de profanar el sábado,
de tratar tus asuntos en mi día santo;
si llamas al sábado delicia,
glorioso al día consagrado al Señor;
si lo glorificas evitando los viajes,
no tratando negocios ni arreglando asuntos,
entonces encontrarás en el Señor tus delicias,
yo te subiré triunfante a las alturas del país
y te alimentaré de la heredad de tu padre Jacob.
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Si te guardas de profanar el sábado...
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Si te guardas de profanar el sábado,
de tratar tus asuntos en mi día santo;
si llamas al sábado delicia,
glorioso al día consagrado al Señor;
si lo glorificas evitando los viajes,
no tratando negocios ni arreglando asuntos,
entonces encontrarás en el Señor tus delicias,
yo te subiré triunfante a las alturas del país
y te alimentaré de la heredad de tu padre Jacob.
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Si te guardas de profanar el sábado...
En esta expresión hay dos palabras interesantes por su significado etimológico original: profanar y sábado. Otra cosa es el significado convencional que cualquier persona conoce.
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La palabra profano (pro fanus) significa "fuera del templo". Es fácil imaginarse físicamente un templo como un edificio cuyo espacio espacio exterior es considerado "profano" por considerar "sagrado" el espacio interior por creer que en él habita la divinidad (y no en la propia mente de la persona -profanada y profanadora, pues existe "fuera del templo" o templanza- y que cree que su divinidad tampoco habita en el planeta ni en el espacio en el que está el planeta ni el universo). La mente creyente imagina que profanar "lo sagrado" es hacer algo inmoral en el espacio físico "sagrado", cuando ese pensamiento es la profanación o permanencia fuera del templo/templanza pues es imaginar el mal propio de la dualidad en la que se balancea la personalidad buscando el bien (o el bienestar) sin lograr el equilibrio -sino el malestar- y templanza del templo divino y su justicia inalcanzable a través de leyes/normas/mandamientos creados por los hombres (injusta justicia y justa injusticia humanas).
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Por su lado, la palabra "sábado" deriva de Sabbath que significa descanso. A su vez, Sabbath deriva de Sabbaoth, nombre con el que los antiguos hebreos bautizaban al planeta Saturno al que consideraban su planeta santo. En la frase de Isaías se menciona al sabbath como "mi día santo" o "el día del Señor", que es el domingo para las personas de cultura cristiana romana cuyo manual moral es la Biblia a la que considera "La Palabra de Dios".
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Éxodo 20,8.
Acuérdate del día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás... pero el séptimo día es día de descanso en honor del Señor, tu Dios... Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra... y el séptimo descansó... y lo santificó.
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Acuérdate del día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás... pero el séptimo día es día de descanso en honor del Señor, tu Dios... Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra... y el séptimo descansó... y lo santificó.
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Lo interesante es el significado espiritual del concepto sábado, que no es el nombre de un día de la semana, sino el estado de descanso, de deliciosa paz como consecuencia de existir en lo sagrado, la deliciosa Paz del templo del Señor ("...entonces encontrarás en el Señor tus delicias...").
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En la sociedad moderna religiosa se han acuñado expresiones ligadas al "descanso de los muertos" (así llamados por "los vivos" que creen en un cielo). La expresión es "descanse en paz", frase dicha con cierto pesar, y no precisamente con alegría por estar en la paz. Y en el terreno del trabajo se ha llegado a acuñar la expresión "año sabático" como una tregua especial antes de volver a la guerra laboral. Ambas expresiones nada tienen que ver con el descanso(sábado) espiritual del alma que existe con el corazón en el cielo y el cuerpo en la tierra como una luciérnaga (lámpara del Señor) en mitad de la oscuridad mental en la que sobreviven los demás hombres, "muertos".
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Proverbios 20,27: "El alma del hombre es la lámpara del Señor".
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Lo profano ("Si te guardas de profanar el sábado") es lo que no existe en el templo, en la templanza, en la armonía, y no lo que entra en el templo y contamina o mancha o infecta o intoxica a lo sagrado, pues lo sagrado carece de límites y es pureza porque es inalcanzable a toda contaminación, pues al no tener límites no hay nada "más allá" de ella que pueda "entrar", y ella es todo pureza inviolable. Lo "sagrado" que puede ser profanado es algo que ha sido sacralizado por la mente humana.
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